Ven con preocupación que la reciente mejora del pavimento, sin haber realizado otras actuaciones que eran necesarias sobre la red de sumideros y alcantarillado, empeore la situación durante las inundaciones que se producen cuando hay intensas lluvias o tormentas.

Serra Martiñá es una vía de alta concentración de tráfico durante el día que conecta la zona del auditorio y del cementerio de San Francisco con el Hospital de Ourense y el barrio de Barrocanes, transcurriendo de forma paralela a la vía de tren Ourense-Madrid y de la antigua estación de San Francisco. El gran tránsito de esta vía se ha ido incrementando con el paso de los años debido a, entre otras cosas, el crecimiento del barrio de Barrocanes y de la zona hospitalaria, al tratarse de una vía que une esas zonas mencionadas de forma más directa, y sin semáforos, a diferencia de las calles Peña Trevinca y Ntra. Señora de la Saínza que son la alternativa para llegar al hospital y que cuentan con varios semáforos, intersecciones y otros elementos que hacen una circulación más lenta. El tramo ha estado muchos años sin un mantenimiento adecuado, nada más que para aplicar algún parche, y el asfalto se había ido deteriorando, mostrándose irregular, agrietándose en diversas zonas, y con numerosos baches y agujeros. Las obras realizadas para instalación de tuberías de gas o de comunicaciones, también habían dejado su rastro en el asfalto.
Finalmente, hace unas semanas, el Concello de Ourense acometía obras de reposición del firme, pero olvidándose de una de las problemáticas aparejadas a la vía y que sus vecinos llevan años lamentando y denunciando: Su ineficaz sistema de alcantarillado y sistema de recogida de aguas pluviales, que cada vez que se producen intensas lluvias o descarga una tormenta, se ve anegada de agua sobretodo en su primer tramo debido a la inclinación de la calle, entre la intersección de la calle Serra do Xurés y la de Peña Nofre. Es el tramo que sufre más directamente estas inundaciones que producen numerosos daños a los vehículos estacionados, a los bajos de los edificios y portales.
Las tuberías bajo el firme, además de antiguas, no parecen tener la capacidad necesaria para recoger esas aguas. Las que bajan de calles más elevadas como la carretera de la Granja, calle 15 o Clara Corral, lo hacen por superficie a modo de cascada por Camino Castela una vez anegada la red de alcantarillado, de forma que hasta se van levantando las tapas de las alcantarillas, de las que brotan más agua. De esta forma, poco a poco, la calle va inundándose de forma irremediable hasta que las lluvias cesan.
La red de sumideros de al menos este tramo de Sierra Martiñá era una intervención necesaria a acometer antes de la reposición del pavimento, pero nuevamente se han desoído las peticiones vecinales y se ha mirado para otro lado antes que tener que abordar este asunto, y a diferencia de otras calles donde sí se están realizando estas mejoras, como en las obras de la calle Ribeira de Canedo, que cuentan con la renovación del pavimento, firme y red de sumideros con una inversión que asciende a 268.450,12€.
Uno de los vecinos comentaba a este medio que hay un asunto todavía más preocupante que podría agudizar la problemática de las inundaciones tras las obras realizadas, y es la colocación de un paso elevado de peatones junto a la parada de autobús que se encuentra al lado de la pasarela peatonal sobre las vías que conecta Sierra Martiñá con Pena Trevinca. Este paso elevado no existía con anterioridad, y si antes se inundaba la calle en todo ese tramo las aguas podían también correr en dirección Barrocanes, pero con su instalación, las aguas no podrán pasar, elevando el nivel al que podría llegar el agua, convirtiéndola en un estanque y agravando la situación.